21 ene 2013

Más vale un NO a tiempo. Los lunes Felices




 


En algunas ocasiones por no decir NO he acabado haciendo algo que me desagradaba. Otras veces incluso me he metido en un pequeño lío. Y todo por no decir que NO, quería ser correcto con los demás. Pero con el tiempo he descubierto que se pueden explicar las cosas, se puede decir NO y estar a bién con las otras personas y con nosotros mismos. De alguna manera el no decir NO va a significar que vives la vida que quieren los demás y las circunstancias, dejando de lado los deseos propios.

Razones por las que no damos un NO por respuesta

Creo que es muy humano no atreverse a decir NO. A veces es realmente complicado y estos son algunos de los motivos por los que decimos SÍ cuando queremos decir NO:
  • creo que la otra pesona se puede molestar
  • negarme a los deseos de mi jefe puede sumar puntos para un despido
  • quiero evitar conflictos
  • tendrán un peor concepto de mi
  • no contarán conmigo en otras ocasiones
  • no tengo derecho a negarme

Lo que nos perdemos por no decir NO

  • estar más tranquilo en el trabajo
  • disfrutar de la familia
  • ir al cine, a pasear, etc.
  • tener la mente tranquila por haber dicho lo que quería
  • aprender lo que siempre habías deseado
  • dedicar tiempo a tu hobby favorito
  • vivir según nuestros deseos

Cómo decir NO

Tenemos claro que queremos decir NO y surge el problema, ¿cómo lo hago para que nadie se sienta mal? ¿cómo se lo digo para que me entienda? Pues a continuación te ofrezco unas pistas:
  • “Ahora no puedo porque tengo cosas urgentes que terminar, te digo algo en otro momento”. Estás diciendo que no tienes tiempo pero que lo considerarás más adelante. Ten en cuenta que si estás seguro que no vas a hacer lo que te proponen será mejor que no crees faltas expectativas y di NO ya.
  • “No es un buen momento estoy en…”. El caso típico sería recibir una llamada cuando se está en una reunión de trabajo o cuando no deseamos interrumpir la conversación que mantenemos con un amigo que está con nosotros.
  • “Me gustaría ayudarte pero no puedo por… (va contra mi religión, mis principios, me sentiría mal…)”
  • “Déjame pensarlo y te digo algo”. Muchas veces es mejor no dejarse llevar por el impulso y meditar lo que nos proponen. Decir SÍ en un primer momento puede hacernos esclavos de nuestras palabras.
  • “Ahora no lo considero interesante pero lo tendré en cuenta para el futuro”. Lo que ahora mismo no conviene puede ser muy adecuado en un tiempo cuando hayan cambiado las circunstancias.
  • “Yo no soy la persona adecuada, se excede de mis conocimientos. ¿Por qué no le preguntas a…?”. A veces tenemos tantas ganas de ayudar que nos comprometemos a hacer tareas para las que no estamos preparados, en estos casos es mejor decir NO y remitir a otras personas.
  • “No, sencillamente no puedo”. Atrévete a decirlo, te sorprenderás porque la reacción no siempre será tan mala como te esperabas.
En alguna ocasión muy especial puede que diga SÍ a alguna petición que generalmente diría NO. Pero las reglas están hechas para tener alguna excepción y puede pesar más el hecho de querer complacer al interlocutor, ¿o NO?


Del Blog Alternativo

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