28 may 2012

PROXIMAS ACTIVIDADES CULTURALES Y DE OCIO






El día 4 de Junio tendremos una sesión especial dedicada a la poeta Ängela Figuera. Contaremos con la presencia de nuestro colaborador en materia de historia , Ángel Comonte y la rapsoda y escritora, Palmi Merino.

Lugar : Salón del segundo piso de Santa Clara.

Hora : Seis de la tarde.


El 12 de Junio nos vamos de excursión a Gernika .Visitaremos el Museo de la Paz y el de la Biodiversidad-Madariaga Dorretxea- . Comeremos en el restaurante Ibaigune:

Cuatro opciones de primer plato
Cuatro opciones del segundo plato
Postre y café o infusiones.
Precio total de la excursión: 30 euros .

Salida: A las 9’30 de la perfumería IF en Carlos VII

Para apuntarse: BBK. 2095 0193 11 91-0460370-1

Plazo : Hasta el 28 de Mayo.

Si no has pagado la cuota de este año, aprovecha y hazlo ahora.


Ondo pasa!!! Que te diviertas!!!

22 may 2012

RELATOS INSPIRADORES - REY TRISTE Y PASTOR FELIZ

CUENTO SOBRE ESPIRITUALIDAD Y FINANZAS

«Allí donde está tu tesoro, allí está tu corazón»
(Mt. 6, 19-23)



“Cada uno tendrá que juzgar según lo que entiende por pobreza y por riqueza y a qué aspira en esta vida. Habrá quien teniendo mucho no se sienta nunca a gusto y busque por encima de todo tener más y más. 

Yo creo que la crisis mundial que estamos presenciando no es más que la manifestación externa de cómo estamos interiormente.

 SANA TU INTERIOR y lo exterior será sanado automáticamente”

“Todos llevamos dentro al viejo rey triste aunque rodeado de riquezas; llevamos dentro también al joven feliz aunque pobre como las ratas. 

Una dicotomía que impera en nuestra vida como si no pudiéramos más que lograr o lo uno o lo otro. Llegó el tiempo en el que vamos a poder INTEGRAR AMBOS ARQUETIPOS y vivir una existencia plena de felicidad y prosperidad”
Mónica Álvarez

(Del Blog Alternativo) 


Había una vez un rey en un país muy lejano, hace muchos, muchos años que contrajo una rara enfermedad para la que no encontraban cura. No tenía ningún mal físico que le causara gran dolor, era más bien una enfermedad del alma que lo recluía en un estado perpetuo de melancolía. Muchos sabios pasaron por su palacio, atraídos por la recompensa ofrecida a quien pudiera sanar al rey, pero nadie consiguió hacer nada por él.

Un día llegó un anciano, casi un pordiosero, que tras ser alimentado y debidamente bañado pudo por fin lograr su audiencia con el monarca. El viejo curandero le “recetó” un curioso remedio: Debes emprender un viaje por todo el mundo y buscar a una persona que sea feliz; cuando la encuentres, debes pedirle su camisa y ponértela.

El monarca ilusionado por poder encontrar un resquicio de esperanza y por tener por fin una razón por la que luchar en la vida se preparó para realizar su viaje del alma.


Como le recomendó el anciano, viajó corto de equipaje y con una sola persona de su séquito como acompañante. Recorrió ciudades y países y fue preguntando a todo el mundo que encontraba si era feliz, pero nadie le dio la respuesta deseada. Por fin una tarde, en un collado se encontró a un pastorcillo que regresaba a su casa con las ovejas después de una jornada en los prados. –Joven, ¿eres feliz? –le preguntó el monarca. Él no se lo pensó dos veces y con una amplia sonrisa en su cara y desde la profundidad de sus ojos negros le respondió que sí.

El rey no cabía en sí de gozo, pero cuál sería su sorpresa al pedirle por favor que le vendiera su camisa (por la que pensaba darle varios saquitos de oro que llevaba bien guardados a prueba de ladrones) el joven, le contestó que era tan pobre, que no tenía camisa…
Sí, así es la vida, el joven más feliz de la tierra no sabía lo que era llevar una camisa…
Pero ya estamos otra vez alabando a quien es pobre, y dejando como un viejo caprichoso capaz de comprar hasta la felicidad con su dinero al pobre rey que sólo buscaba recuperar su amor por la vida.

La historia no cuenta qué pasó después. Pero si yo hubiera sido ese rey, habría contratado a ese joven para trabajar en un buen puesto en mi palacio. Le habría pagado un buen sueldo, le habría llevado a los mejores costureros del reino para que le hicieran los mejores trajes. Habría puesto profesores que lo instruyesen en los entresijos de los negocios.
No sé cómo continuó la historia, pero desde luego el rey, si se volvió a casa con sus saquitos de oro intactos sólo porque el joven no tenía camisa, diría que más que un rey era un solemne majadero y que se merecía todo el mal del alma que llevaba encima.
Porque lo más importante de aquel joven no era su camisa, sino su corazón. Si siendo pastor era capaz de ser feliz y cumplir con su trabajo con toda la responsabilidad que conlleva, yo querría a alguien así si fuera rey incluso para que me sucediera en el trono y fuera el monarca de mis súbditos cuando yo muriese. Porque una persona así, con la formación debida, es un tesoro en potencia.

«Allí donde está tu tesoro, allí está tu corazón»
(Mt. 6, 19-23)

Este joven, con su corazón bondadoso y su espiritualidad desarrollada (por eso era capaz de ser feliz) es como tú que llevas años depurando tu espíritu, asistiendo a cursos, estudiando todo aquello que cae en tus manos que te acerca al nuevo paradigma y hace que crezcas como persona y como ser de luz. Has conquistado la felicidad, tras mucho trabajo personal, de aprendizaje y desprendimiento de todo aquello que te sobraba, ya no tienes ni camisa, y eres feliz volviendo a casa con tu rebaño con el sol calentándote la espalda. Pero aún te queda un último paso antes de conquistar la felicidad plena y es reconciliarte con esa energía de vida que es el dinero.

Te falta lo más importante, que el rey que hay en tu interior sepa qué hacer con el tesoro intacto que hay en tu corazón. Saber invertir ese oro en el aprendizaje adecuado, en el cambio de mentalidad correspondiente para abandonar los viejos patrones hacia el dinero que te mantienen anclado en un patrón de escasez absurdo y obsoleto para el mundo de abundancia que vives en otros planos diferentes al económico.

Y no es muy complicado ni te va a llevar mucho tiempo. Se trata de aprovechar los recursos existentes para aprender a reconocer los patrones obsoletos que quieres apartar de tu vida, substituirlos por otros que te resulten adecuados y acordes a tus deseos y necesidades e ir disfrutando por el camino de las sincronías y casualidades que irán poblando tu vida llevándote a una situación financiera de abundancia.
Todos llevamos dentro al viejo rey triste aunque rodeado de riquezas; llevamos dentro también al joven feliz aunque pobre como las ratas. Una dicotomía que impera en nuestra vida como si no pudiéramos más que lograr o lo uno o lo otro. Llegó el tiempo en el que
vamos a poder integrar ambos arquetipos y vivir una existencia plena de felicidad y bonanza económica.

7 may 2012

A LAS MADRES Y MUJERES EN GENERAL


“El amor de madre es para toda la vida:  aunque de “lindos angelitos” pasemos a rebeldes adolescentes o adultos soberbios, que todo lo sabemos y vamos de autosuficientes y que no hay quién nos aguante salvo la madre que nos parió. Las parejas pueden desenamorarse; los amigos fallar o desaparecer, pero nuestras madres siempre están ahí, recogiendo y pegando nuestros pedazos rotos.

Ha llegado el momento en que realmente valoremos y apreciemos la figura y el papel trascendental de la madre en la vida de cada persona, y cambiemos nuestra mentalidad respecto a la misma (…) Que devolvamos, con igual amor, tanto amor recibido en forma de cuidados, atenciones, desvelos y sacrificios. Y que les agradezcamos el regalo de nuestra entrada en este mundo y sus enseñanzas de vida.

 Dicen que el Día de la Madre es un invento comercial. Me da igual”
Ana Novo
(Del Blog alternativo)


Aunque en estos tiempos de avances científicos cada vez esté menos claro que “madre no hay más que una”, aprovecho la celebración del DIA DE LA MADRE para rendir mi particular homenaje a todas ellas y, en especial, a la mía.
Reconozco que no tengo dotes poéticas, así que mis palabras serán en cariñosa prosa de andar por casa, si bien, me consuela el decir del gran poeta Kahil Gibran: “madre es la palabra más bella pronunciada por el ser humano”, así, cada vez que la utilice, estaré impregnando mi escrito de esa belleza que se merece el tema.

Aún cuando, como he dicho, quiero homenajear a las madres, estas reflexiones las hago desde mi papel de hija y a los hijos las dirijo. Para mí una madre no es, evidentemente, la que únicamente pare, ni mucho menos la que aporta el óvulo fecundado. Una madre es la que ama al hijo: lo nutre, lo cuida, lo atiende, lo escucha, lo guía, lo anima, lo apoya… a todos los niveles y en todas las épocas de su vida. Siempre cerca. Dicen que es amor incondicional. Digo que es amor. Sobra la redundancia. ¿Puede ser amor si no es incondicional? Creo que no. Será uno de sus múltiples sucedáneos.


El amor de madre es para toda la vida: aunque de “lindos angelitos” pasemos a rebeldes adolescentes o adultos soberbios, que todo lo sabemos y vamos de autosuficientes y que no hay quién nos aguante salvo la madre que nos parió.
Las parejas pueden desenamorarse; los amigos fallar o desaparecer, pero nuestras madres siempre están ahí,  recogiendo y pegando nuestros pedazos rotos. Según un dicho popular “Una madre es para cien hijos, pero cien hijos no son para una madre”. Generalizando, es así y no me siento nada orgullosa.

Ha llegado el momento en que realmente valoremos y apreciemos la figura y el papel trascendental de la madre en la vida de cada persona, y cambiemos nuestra mentalidad respecto a la misma. Que ese dicho popular que justifica la actitud mezquina y abusiva respecto a nuestras madres quede absolutamente obsoleto hasta su total desaparición. Que devolvamos, con igual amor, tanto amor recibido en forma de cuidados, atenciones, desvelos y sacrificios. Y que les agradezcamos el regalo de nuestra entrada en este mundo y sus enseñanzas de vida. Dicen que el Día de la Madre es un invento comercial. Me da igual.

Todos los que celebramos este día lo que queremos es expresar a nuestras madres que son las mujeres más importantes de nuestras vidas y que tienen nuestro reconocimiento, aprecio y gratitud que tanto se merecen.
Si en verdad se pusiera un precio a tanto amor, nunca lo podríamos pagar.

Gracias, mamá. Te quiero.