1 mar 2013

I de Ilusión. El Abecedario de la Felicidad






“No rechaces tus sueños. ¿Sin la ilusión el mundo qué sería?”
Ramon de Campoamor

La ilusión, las ganas de hacer cosas, estar exultante por los nuevos proyectos, disfrutar de la vida,… todo eso es energía positiva para mirar el futuro con los mejores ojos.

La ilusión mueve montañas

La ilusión es el mejor combustible para conseguir lo que nos proponemos. Sin ella dificilmente podemos poner en marcha un nuevo proyecto, es aquello de “querer es poder. Si mantenemos la motivación alta, algo que por otro lado no siempre es fácil, iremos descubriendo el cómo. A pesar de las dificultades que puedan haber, con la ilusión daremos con la forma de conseguir aquello que nos proponemos. Pero la ilusión hay que tenerla y mantenerla.

Hay personas expertas en ver las pegas por donde no las hay, instalarse continuamente en la negatividad y que, por consiguiente, carecen de ilusión y están dejando de disfrutar una parte importante de su vida  por sufrir más de lo necesario y por no alcanzar anhelos o, al menos, intentarlo.

Pero ¿cómo se vive con ilusión?

Para vivir feliz un ingrediente muy importante es ilusionarse con nuevos proyectos y también tener ilusión por las cosas cotidianas. Y no sólo se trata de conseguir dicho estado sino que también se trata de mantenerlo. Pueden surgir hechos adversos y no por esa razón deberiamos perder toda o gran parte de nuestra ilusión inicial. No vivimos en un mundo ideal ni somos perfectamente perfectos. Por ello todos tenemos nuestros malos momentos y días, vamos a llamar, de baja ilusión. Pero no deberiamos dejar que esta sea la tónica general. Tenemos que realizar un esfuerzo para que lo predominante sea la ilusión, para ver sobre todo lo bueno y que lo negativo nos afecte lo más mínimo posible.
Si vemos la botella medio llena, si pensamos que hoy puede ser un gran día,… entonces pondremos al mundo de nuestra parte. Puedes ser más espiritual y pensar que hay una energía que atrae lo semejante y que si estás optimista eso traerá cosas buenas. Quizás eres más racional y no crees en las “fuerzas ocultas” pero el hecho de mantener una actitud positiva también afectará tu forma de ver las cosas. Con ilusión y optimismo pierdes menos energía en el lamento, energía que puedes utilizar en la consecución de tus objetivos. Por ejemplo, también te ocurrirá que tu cara mostrará un semblante más amable y las personas de tu alrededor serán más propensas a ayudarte de forma sincera.
Finalmente ser consciente de que habrá contratiempos y puede que incluso fracasos. Se trata de aceptarlos y en lugar de lamentarse con preguntas del estilo “¿por qué me ha pasado esto a mí? ¿me lo merecía?”, cambiarlas por “busco la parte positiva de lo que me ha ocurrido”, “aprendo de los errores”, “en la próxima ocasión lo haré de otra manera”.

Publicado por El blog Alternativo

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