Hay cosas que se aprenden con la edad. Algunas personas lo hacen en su juventud y a otras nos cuesta algo más.
Una de estas cuestiones es darnos cuenta que la vida es como es, que esto es lo que hay. Y cuanto antes nos demos cuenta antes empezaremos a ser un poco más felices.
Continuamente encontramos situaciones que no nos gustan: algunos dirigentes son ladrones de guante blanco, el compañero de trabajo “trepa” que antepone su ascenso laboral a cualquier otra consideración y no le importa pisar a los demás, ese amigo que nunca te cuenta una alegría,… y así podríamos seguir casi hasta el infinito.
Creo que el quid de la cuestión está en no instalarse en la queja, aceptar la situación e invertir nuestra energía en intentar cambiar aquello que nos desagrada.
Quizás tu “problema” sea más cercano y personal. Opinas que te portas muy bien con todo el mundo y nadie te corresponde. Pues no gastes tu tiempo y energía en mortificarte: “¿Seré un raro?”, “Este mundo no es para mi”, “Todos son malas personas”, “Todo y todos confabulan para ir en mi contra”… En lugar de esto:
- relativiza: nada es tan malo como parece.
- cada uno es como es y no le pidas peras al olmo: algunas personas se acordarán siempre de felicitarte en tu cumpleaños y otras no se acordarán nunca pero estarán siempre dispuestas a ayudarte para poner en marcha ese aparato electrónico que se te resiste.
- hazlo saber: que tus amigos, familia, compañeros de trabajo sepan lo que te desagrada, díselo cortesmente. Así podrán hacer un esfuerzo por hacerte más feliz, seguramente nunca pensaron que aquello que hacían, o dejaban de hacer, te estaba molestando. Y si después de saber tus inquietudes no cambia nada te toca aceptarlo sin darle más vueltas.
Artículo escrito por Angel González, autor del eBook “101 pasos hacia la felicidad” y la serie los lunes Felices en El Blog Alternativo.
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